Este libro, editado por la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura, recopila un recorrido visual de 54 autores por las noches, los atardeceres y amaneceres de Extremadura. Siempre mirando al cielo, pero a veces, con la Tierra en el encuadre.
Una obra repleta de sensibilidad belleza y diversidad visual.
Mi participación aparece en el capítulo dedicado a la luna llena.
Luna llena:
Hornachos,
como una diosa,
con
la cálida luz de aquella tarde, descansaba
en la solana de la sierra,
y
ondeaba orgullosa
sobre
el peñón de la Campana, su
luna llena
cual bandera astral y silenciosa.
El
pregonero acompañado de su humilde asno trepaba por las empinadas
veredas que rodean la fortaleza árabe de Hornachos, recordando a
toda la aldea que la gran cosecha se celebraba esa noche con la
fiesta de la luna llena. Situada en plena Zona de Especial Protección
para las Aves / ZEPA, las murallas en ruina de esta fortaleza siguen
mostrando su carácter defensivo y ubicación privilegiada ya que
ofrece una perfecta visión de toda la Comarca de Tierra de Barros y la zona oriental de la Campiña Sur.
Nunca
el cielo y la tierra estuvieron tan cerca para cubrir de belleza
natural la Torre de los Almendros de Almendralejo.
Sobre
la Comarca de Tierra de Barros una corona de nubes con tímida media
luna marca la silueta de la Sierra de Hornachos que, allá en el
horizonte, limita hacia el este con la vecina Comarca de la Serena.
En
la ZEPA "Sierras Centrales y embalse de Alange" una encina se recuesta para contemplar
cómo la luna tiñe las aguas, la tierra y el cielo de suave rojo
pastel. Es la hora de soñar.
El calatraveño Lusitania, puente que une vidas sobre el Guadiana
a la par que su homónimo romano, inunda de magia las noches de
Mérida celebrando la luna llena. Nutrias, garzas imperiales,
calamones, estorninos, vencejos reales, cigüeñas blancas y decenas
de especies más conviven con turistas y paisanos en una ZEPA fluvial
y urbana que define la fusión turística entre lo cultural y
ornitológico que con gran dinamismo ofrece Extremadura.
El sol, la tierra, el viento y el agua matizan de color, aroma y frescura este libro que plasma la belleza enorme de los atardeceres y amaneceres únicos de Extremadura pero también de sus cielos nocturnos y diurnos.
Gracias a José Manuel López Caballero y Nacho Fernández por el empeño en sacar adelante la VII edición de esta obra y, como decía anteriormente, por el trabajo bien hecho en la confección de este libro y por contar con algunas de mis imágenes. También a la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura por la oportunidad de participar en esta publicación.
Portada del libro